Sabor agridulce para los austriacos. La selección austriaca es, a priori, la más débil de cuantas participan en la Eurocopa. Por esta razón, ni sus propios aficionados creen mucho en sus posibilidades. Esta falta de confianza no ha impedido que los jugadores que dirige Hickersberger pusieran en apuros a los croatas, unos de los favoritos del grupo B. Ante la impetuosa actuación de sus jugadores, los aficionados austriacos llegaron a creer en una posible victoria. Sin embargo, la ilusión no ha podido obrar milagros, y la selección anfitriona, que disputa su primera fase final en una Eurocopa, ha sucumbido por la mínima ante el gol de Modric.