Lord Norman Foster ha aunado en la obra elementos arquitectónicos tradicionales chinos, como las columnas rojas y el techo dorado que evocan los palacios imperiales, con elementos de alta tecnología. Utilizando como principales materiales el vidrio y el acero, la estructura tiene un techo curvilíneo compuesto de claraboyas triangulares que permiten aprovechar al máximo la luz y conservar el calor.