Las bodas de oro de la gala de los Grammy, el mayor espectáculo de la industria de la música, se saldaron hoy con el arrollador éxito de la británica Amy Winehouse, que consiguió cinco de los seis premios a los que aspiraba en la presente edición. Dio igual que sus peligrosas aficiones personales sean tan populares o más que sus trabajos discográficos, o que no pudiera acudir a la gala por problemas en la concesión de su visado. El Grammy la esperaba.