El inconveniente de ser presidente de una República es que Sarkozy no ha podido disfrutar de los días de permiso por matrimonio. El sábado, tras la boda, tuvo que intervenir en una reunión sobre la crisis de Chad. El domingo ha pasado la mañana colgado del teléfono. Menos mal que Carla contó con la compañía de su padre y la mujer de éste.