Un hueso de dinosaurio a medio desenterrar. Las excavadoras hacen el trabajo sucio, retirando cuidadosamente las capas superficiales de tierra. Una vez perfilada la silueta del hueso y dependiendo de la dificultad de extracción, los paleontólogos deberán construirle una "cama" para evitar que sufra desperfectos al retirarlo del suelo.